domingo, 31 de enero de 2021

Respuesta en forma de cuento a la pregunta

¿Por qué las estrellas fugaces pueden volar y cómo lo hacen tan rápido?  (Niño de 6 años)

 


 Publicado en “¿Por qué si el agua es transparente uno ve el mar azul?” Página 156

https://doi.org/10.18046/EUI/ee.3.2020

 

 La fugaz visita de Estrellita Fugaz

 Marino Hernando Guarín Sepúlveda

 

Una silenciosa y cálida noche estrellada de Luna llena estaban el caballito alado Pegaso y su amiguita Andrómeda extasiados contemplando las estrellas, ambos se recreaban reconstruyendo constelaciones, Andrómeda le mostraba el planeta Júpiter y le contaba divertidas historias de sus satélites Ío, Europa, Ganímedes y Calixto. Pegaso le presentaba a Marte y le relataba cuentos de marcianitos que eran sus amigos.  Así, consumados por la belleza del cielo y fascinados por las historias que evocaban, de la nada y sin previo aviso una hermosa estrella fugaz a velocidades hipersónicas irrumpió la tranquilidad de la noche iluminando estrellas, planetas, constelaciones y la Luna, que rápidamente se organizaron para hacerle calle de honor al hermoso visitante que adornaba el cielo.

Andrómeda y Pegaso cayeron rendidos ante la majestuosidad del fenómeno celeste del que estaban siendo testigos, se abrazaron, se tomaron de las manos, luego sus miradas se cruzaron y recordaron que cada uno tenía que pedir un deseo por lo que cerraron los ojos por un instante, fue un milisegundo de profunda reflexión porque de un deseo solo debe salir lo mejor, pensaron ambos. Andrómeda y Pegaso coincidieron en sus deseos: que haya justicia social en Colombia.   Mientras esto ocurría aquí en la Tierra, en la esfera celeste Estrellita Fugaz seguía abriéndose paso entre los cuerpos celestes que aplaudían su presencia y coreaban que se quedara.

Después de pedir mentalmente cada uno su deseo, el par de amiguitos abrieron los ojos, se miraron de nuevo, dirigieron sus miradas al hermoso visitante celeste y sin pensarlo dos veces, guiados por el espíritu de conquista y la emoción del conocimiento, Andrómeda se montó en el caballito alado Pegaso que emprendió carrera por la pradera en dirección del visitante, luego batió sus alas y con todas sus energías logró alcanzarlo. Pegaso y Andrómeda no podían creer lo que sus ojos veían: un fragmento pequeño de roca incandescente que atravesaba velozmente la atmósfera de la Tierra.

 - Hola me llamo Estrellita Fugaz, soy un meteoroide que vengo del espacio extraterrestre. Y ustedes, cómo se llaman

Andrómeda se apresuró a contestar:

- Yo me llamo Andrómeda y mi caballito alado se llama Pegaso, es mi mejor amiguito.

Pero a medida que avanzaba la conversación entre los tres nuevos mejores amigos, Andrómeda y Pegaso veían incrédulos que Estrellita Fugaz se estaba extinguiendo, que se consumía, que se hacía cada vez más diminuta, hasta que desapareció: se había convertido en polvo de estrellas.  

Andrómeda y Pegaso lloraron desconsolados la pérdida de Estrellita Fugaz, los cuerpos celestes que hacían calle de honor quedaron desconcertados al ver que la visita había durado solo un instante. Toda la esfera celeste quedo de nuevo en silencio, triste, iluminada solo por la Luna y las rutilantes estrellitas.

Andrómeda y Pegaso entendieron luego que las estrellas fugaces, que la ciencia llama meteoros, son pequeñas rocas extraterrestres que se queman en su paso atmosférico. Si son grandes, no todas se consumen y a la Tierra cae un fragmento de roca que se llama meteorito. Andrómeda y Pegaso ahora sueñan con tener por amigo un meteorito.